Lo que me inspiras
Y yo te miro a unos cuantos metros. Me invento pretextos para mirarte de reojo. Tu camisa azul, pantalón negro, saco de terciopelo. Tus lentes de micas gruesas. Tu tez morena de niño adulto. Quisiera acercarme más a ti, quisiera arrancarte una emoción, un deseo… que tengas deseos de mí, como en mi crecen todos hacia ti.
Mi día en el trabajo comienzan cuando te veo, terminan cuando te vas. Es mi día cuando te escucho, quisiera escucharte todo el tiempo.
Quisiera sorprendente con un beso en los labios y siento que siempre estás con la guardia arriba, esperando para rechazar. Ya me imagino cuán incómodo será para los dos. De cualquier manera no sabría cómo hacerlo. No me saldría tan bien como en las películas. No sé si tú deseas lo mismo que yo, así que es mejor pensar que no lo deseas, que tu deseo no es el mío.
Si tuviera la certeza de que no me rechazarías, tomaría tus lentes en mis manos, rodaría con éstas tu cuello, acercaría mi cara a la tuya y uniría mis labios a tus tuyos. Suponiendo que respondieras, abriría un poco más mi boca para sentir la humedad de la tuya. Sentir el calor de tu lengua, sentir tu aliento fundirse en el mío. Me detendría una eternidad colgada de tu sabor, recorrería cada diente tuyo, saborearía tu saliva
Te tengo y no te tengo,
Eres mío y me eres ajeno
Te miro y con mis ojos quisiera decirte todo
Me miras y con tus ojos sé que quieres quedarte,
Pero por tu boca, por tus palabras sé que no será así.
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