Rarezas...

Vaya semana!!
Tláloc enojado nos envió tremendo chubasco el miércoles en la tarde-noche, a tal grado que Naucalpan volvió a figurar en los noticieros.
Yo trabajo en la colonia del Valle, aquí cerquita.. como a hora y media de camino (micro-metro-micro), pues el miércoles salí corriendo como siempre del trabajo y me trepé en el primer micro que pasó. Debí sospechar del chofer desde el principio, porque el wey nos hizo la parada -al tio que esperaba también el micro y a mí- en uno de los carriles de alta. Ok, estaba el alto, pero aún así lo vimos feo y pagamos.
La lluvia arreció y ni cuenta me di cuando llegamos al metro Zapata... confiada de mi instinto de taxista, me seguí. No era la única que pensó eso, con tremendo aguacero creo que la mitad de los que íbamos en el micro estabamos haciendo tiempo.
Pues que de repente, el wei.. digo. el chofer se pone perro y comienza a ladrar.. digo.. gritar que él ya no iba para no sé donde y que se iba a seguir por Tlalpan y que si nos parecía bien.. sino #$%%"..
Por supuesto, nos sacamos de onda.. alguien le dijo que le bajara, que era su trabajo, "pues me vale -dijo el gandalla- y ya les dije, me voy por Tlalpan, y a quien le guste..."
El agua seguía "juertecita" pero en cuento menguó.. me bajé del micro del terror y más fue mi terror al desconocer dónde estaba.
Cómo soy muy ágil de mente, enseguida pregunté a un chico que aburrido, veía la lluvia caer. Me orientó para tomar el micro adecuado y más segura de mi destino, quise dármelas de damisela en apuros y que le hablo a aquel con quien paso la noches ensabanada -las pocas que llego a tener-... "Estoy perdida.. (¿másssss??), pues te vas con cuidado.. sí, luego te hablo, bye, te cuidas, bye... chale! sí que estoy perdida.
Tome el micro y en cuestión de minutos estaba en el metro Miguel Angel de Quevedo. El andén parecía sauna.. soplaba un aire caliente, hasta el cabello se me secó... bueno, el metro como siempre, venía hasta su mother...
Sin contratiempo y de pie.. llegué al metro Cuatro Caminos, de ahí tomé el micro a mi casa y... grande fue mi sorpresa al ver -mis pronósticos se cumplieron y fueron noticia- el río de los Remedios desbordado.. ojo, estoy hablando del cruce de Períférico y 16 de Septiembre, en Naucalpan centro, no en Ecatepec y anexas..
Pues el río se desboró y había patrullas por todos lados y vehículos de OAPAS monitoreando el asunto.. -si tan sólo hubieran desasolvado el río en tiempos de calor- desconozco cuántas casas fueron afectadas, porque por lo menos unas 20 familias vivien en el margen del río.
Fue insólito porque nunca en mis escasos 30 y tantos años había visto cosa igual... No dudo que haya sucedido antes, nomás que a mí no me tocó verlo hasta ahora.
No hay muertos, no hay heridos, sí mucha sorpresa y mucho lodo que limpiar...
Otra cosa rara, y muy rara que me tocó vivir hoy fue que en el metro desde Villa de Cortés hasta el Toreo, no se subió al vagón ni un solo VENDEDOR AMBULANTE... ni uno solo, ya hasta me sé las rolas de los discos que siempre pasan vendiendo uno tras otro..
Iba muy clavada en mi libro, y no reparé en ello hasta que llegué al final de mi camino... pero me costa y sucedió: No hubo ni un solo vendedor...
¿Acaso estarán en paro de labores por el alza a la gasolina?
¿Se habrán ido de rodillas a la Villa?
¿Estarán en cónclave para analizar qué nuevos productos ofrecer a los pasajeros?
¿Los habrá raptado Ebrard, el PRD para sus tribus o algún ovni?....
Neta... sucedió y yo lo ví..
Tláloc enojado nos envió tremendo chubasco el miércoles en la tarde-noche, a tal grado que Naucalpan volvió a figurar en los noticieros.
Yo trabajo en la colonia del Valle, aquí cerquita.. como a hora y media de camino (micro-metro-micro), pues el miércoles salí corriendo como siempre del trabajo y me trepé en el primer micro que pasó. Debí sospechar del chofer desde el principio, porque el wey nos hizo la parada -al tio que esperaba también el micro y a mí- en uno de los carriles de alta. Ok, estaba el alto, pero aún así lo vimos feo y pagamos.
La lluvia arreció y ni cuenta me di cuando llegamos al metro Zapata... confiada de mi instinto de taxista, me seguí. No era la única que pensó eso, con tremendo aguacero creo que la mitad de los que íbamos en el micro estabamos haciendo tiempo.
Pues que de repente, el wei.. digo. el chofer se pone perro y comienza a ladrar.. digo.. gritar que él ya no iba para no sé donde y que se iba a seguir por Tlalpan y que si nos parecía bien.. sino #$%%"..
Por supuesto, nos sacamos de onda.. alguien le dijo que le bajara, que era su trabajo, "pues me vale -dijo el gandalla- y ya les dije, me voy por Tlalpan, y a quien le guste..."
El agua seguía "juertecita" pero en cuento menguó.. me bajé del micro del terror y más fue mi terror al desconocer dónde estaba.
Cómo soy muy ágil de mente, enseguida pregunté a un chico que aburrido, veía la lluvia caer. Me orientó para tomar el micro adecuado y más segura de mi destino, quise dármelas de damisela en apuros y que le hablo a aquel con quien paso la noches ensabanada -las pocas que llego a tener-... "Estoy perdida.. (¿másssss??), pues te vas con cuidado.. sí, luego te hablo, bye, te cuidas, bye... chale! sí que estoy perdida.
Tome el micro y en cuestión de minutos estaba en el metro Miguel Angel de Quevedo. El andén parecía sauna.. soplaba un aire caliente, hasta el cabello se me secó... bueno, el metro como siempre, venía hasta su mother...
Sin contratiempo y de pie.. llegué al metro Cuatro Caminos, de ahí tomé el micro a mi casa y... grande fue mi sorpresa al ver -mis pronósticos se cumplieron y fueron noticia- el río de los Remedios desbordado.. ojo, estoy hablando del cruce de Períférico y 16 de Septiembre, en Naucalpan centro, no en Ecatepec y anexas..
Pues el río se desboró y había patrullas por todos lados y vehículos de OAPAS monitoreando el asunto.. -si tan sólo hubieran desasolvado el río en tiempos de calor- desconozco cuántas casas fueron afectadas, porque por lo menos unas 20 familias vivien en el margen del río.
Fue insólito porque nunca en mis escasos 30 y tantos años había visto cosa igual... No dudo que haya sucedido antes, nomás que a mí no me tocó verlo hasta ahora.
No hay muertos, no hay heridos, sí mucha sorpresa y mucho lodo que limpiar...
Otra cosa rara, y muy rara que me tocó vivir hoy fue que en el metro desde Villa de Cortés hasta el Toreo, no se subió al vagón ni un solo VENDEDOR AMBULANTE... ni uno solo, ya hasta me sé las rolas de los discos que siempre pasan vendiendo uno tras otro..
Iba muy clavada en mi libro, y no reparé en ello hasta que llegué al final de mi camino... pero me costa y sucedió: No hubo ni un solo vendedor...
¿Acaso estarán en paro de labores por el alza a la gasolina?
¿Se habrán ido de rodillas a la Villa?
¿Estarán en cónclave para analizar qué nuevos productos ofrecer a los pasajeros?
¿Los habrá raptado Ebrard, el PRD para sus tribus o algún ovni?....
Neta... sucedió y yo lo ví..
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