Clavado al vacío

"No es terapia ocupacional... tienes que romper con ese tipo"... me dijo ella.

Todo el día, todos los últimos días en mis ratos libres traté de ocuparme. No pensar. No recordar, pero a mi mente venía la forma, el escenario, para decir: Hasta aquí.... Lo dije de diferentes formas: Gracias, la pasé bien, pero hasta aquí llegamos.... Esto ya se fastidió, bye... Sabes que te quiero, pero me estoy haciendo daño... Aún ahora no sé bien la fórmula que usaré, lo único cierto es que ya no quiero continuar.

El amor es una relación de poder. Lo sé. No me gusta enamorarme. No de la persona equivocada. Pero aún no conozco la adecuada. El problema no es en realidad enamorarse, sino desenamorarse. Más aún el problema es enamorarse más que el otro. Es ahí cuando entra la relación desigual y dónde puede surgir el gandallismo alentado por la entrega, la disposición, la comprensión, la flexibilidad, todo en nombre del amor...unilateral.

Sí, el problema, al menos el mío es estar más clavada que el otro. El problema del otro -si se puede ver así- es que mi tolerancia es mínima y siempre calculo riesgos. El riesgo para mí de estar enamorada -de la persona inadecuada- es desubicarme, desorientarme y fastidiarme y pensar... odio pensar cuando se trata de hombres inadecuados.

El trabajo es terapia ocupacional, la escuela, los cursos y la actividad física. Pero aún así hay tiempos libres o muertos y es ahí donde se cuelan los malos pensamientos, esos en los que pienso si las cosas van bien o mal. Si es hora de terminar y cómo hacerlo porque el otro no lo hará.

Hoy por ejemplo tuve muchos ratos muertos, en lugar de dormir, ocupé dos horas de mi tiempo de sueño en llorar. Me levanté temprano para ver la inauguración del mundial y luego el partido de México-Sudáfrica. Pero ya no hubo luego. El me habló, tendría unas horas libres. Yo lo alcanzaría, pero no quedamos en nada más... pasó el tiempo y yo decidió quedarme un rato más en casa... ese tiempo estuve pensando en él y en el final. Un final que he prolongado mucho tiempo. Que está anunciado... sentenciado.

Fui al lugar de la cita, sabía que no estaría ahí. Quise tomar fotos, pero no estaba de humor. Me metí al cine y disfruté la película, pero mi mente regresaba a ese celular que me informaba que no había llamadas ni mensajes. Incluso cuando estoy ocupada, pienso.

Salí del cine y ya no aguanté. Le marqué y quedó de hablar más tarde. No lo hizo, pero ya no me preocupé, ni me enojé. Dejé el cel por ahí botado. No quería continuar con mi ansiedad. Salí sin él para no saber si hablaba o no.

Luego, en casa de mi amiga la sentencia... "No te claves. Córtalo".

La terapia ocupacional siendo la parte débil de la relación, no siempre funciona. Pero es aquí donde entra la autoestima. Mi intolerancia es también un escudo. No soporto que me traten mal, en consecuencia, tengo que cortar.

Aquí termina otra relación.

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